CASTELO RODRIGO
Durante mis días en Aldeadávila mi amiga Ana me comentó que le habían dicho de un sitio en Portugal donde se comía muy bien (esto no es nada extraño hablando de Portugal) Lo comentó para que lo tuvieramos en cuenta como excursión a hacer en los días de primavera u otoño, pero el quince de agosto, pensando que el tiempo impediría a los chiquillos disfrutar de la piscina decidimos a última hora dirigirnos a pasar el día en Portugal. Fuimos a La Fregeneda y pasamos a Portugal. Pude ver el puente por el que siendo muy niña pasé a Portugal con mis tíos y mis padres. En aquellos tiempos mucha gente utilizaba este puente del tren en busca de tabaco, café e incluso hilo para hacer ganchillo; afición esta muy arraigada en esta zona de las arribes. Nos dirigimos a Figueira de Castelo Rodrigo. Pueblo extendido que me recordó a los pueblos franceses. Comimos en el hotel rural Estalagem Falcão de Mendoza, un sitio realmente agradable y con un personal rebosante de amabilidad, algunos de ellos hablan español como Carlos que es un profesional impresionante. Permitieron a los niños darse un baño en la piscina que tienen allí, así que no olvidéis el bañador. Ojo con las raciones, pedimos una catalpana de arroz con la que comimos cuatro cuando era para dos, no olvidéis probar el bacalao, plato nacional. Y de perdidos al río, así que no renunciéis a los postres y que os sirvan un surtido de ellos. Carlos nos indicó después donde podíamos encontrar una tetería que le habían dicho a Ana que había por allí cerca. Nos encaminamos al conjunto histórico de Castelo Rodrigo; está en un alto, ha sido reconstruido con fondos europeos y es un sitio con unas vistas fabulosas, donde se puede dar un relajante paseo. Por cierto a la entrada a la izquierda tenéis la tetería con una agradable terraza donde podéis disfrutar de un descanso
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